Soy una apasionada de la vida e inquieta por naturaleza, quizás por nacer bajo un maravilloso sol un 31 julio de 1964.
Después de dar muchas vueltas por la vida y haber caminado muchos caminos diferentes, a los 50 años siento que el centro de yoga que había creado con tanto amor no era el camino adecuado, ser profesora de kundalini yoga, algo que me apasiona, no era lo que debía hacer.
Decidí dejarlo sin saber qué iba a hacer con mi vida en ese momento, simplemente lo hice porque así lo “sentía”.
A los cuatro meses de cerrar, después de un viaje a Francia para hacer la ruta de Mª Magdalena, mi vida, sin yo ser consciente de ello, empezaría a dar los pasos hacia una verdadera transformación. “Sentir” sería la palabra clave a partir de ese momento. Mª Magdalena e Isis me cogieron de la mano, me llenaron de amor y me iniciaron en el Camino Sagrado de la Diosa.
Me dejé llevar por sus palabras y meditaciones, sin entender nada de lo que me estaba pasando. A veces disfruté, otras me desesperé por no entender, pero siempre confié.
Y ahora, siento que estoy en un momento dulce de mi vida, en que por fin me he reencontrado a mí misma, a mi alma, mi verdadera esencia. Tener ya los 50 años hace que me quite muchos complejos de encima, muchas normas sociales desaparecen y siento que ya la vida se escapa entre los dedos y quiero vivirla con mi auténtico yo. Decido seguir siempre a mi alma y confiar plenamente en ella, aunque no la entienda, seguir mi corazón, vivir en la intuición.
No sé definirme, no me gustan las etiquetas, soy una mezcla de todas las experiencias vividas. Soy mujer, femenina, inquieta, Sacerdotisa, chamana, alquimista, maga, escritora, yogini, meditadora,…
Conecto con mi sabiduría interna, viajo entre mundos, trabajo con la energía, con la luz y me gusta expresarme y expresar mis vivencias mediante la escritura, sea en forma de narración o de poesía. La poesía ha sido un verdadero desahogo para liberar mis emociones. La poesía, la escritura en general, ha sido reencontrarme con mi sueño de mi juventud cuando soñaba con ser escritora.
El kundalini yoga y la meditación diaria son mi base para mantener el equilibrio físico y mental.
Necesito el amor y la pasión como motor de mi vida, tanto hacia una pareja como hacia la vida en general. Me entrego totalmente, no sé vivir a medias.
Me gusta acariciar el alma de las personas, abrazar su esencia y ayudarles a despertar en la luz. No es fácil, pero es mi camino ahora. Un sendero de luz, amor y alquimia para conseguir la verdadera transformación de cada una de las personas que se acercan a mí.